lunes, 6 de octubre de 2008

Lo inesperado.


Ayer fuimos con Ale hasta Olivos, hasta el funeral de Pocha, la hermana de un amigo de Ale. Yo no tenía ganas de ir, esas cosas no me gustan, no me siento bien, y no estoy acostumbrada a esas cosas, digo esto porque Gustavo me decia "vos sos joven.. nosotros estamos acostumbrados", y yo me sentí muy mal, porque me dio mucha pena. Mucho no disfrutó nada, nunca vivió, siempre junto a los padres, siempre dependiendo de alguien, porque tenía un retraso. La sacaron de la primaria, y nunca terminó el colegio. Nadie lloraba, y yo apenas entré y me puse a llorar muchísimo, porque la conocía, y Ale me contaba que ella siempre había estado "enamorada" de él, y cuando me conoció como la "novia de Ale", como que se enojó conmigo, me miraba como reticente, desconfiaba, pero en cuanto yo la miraba me sonreía y me decía cosas como "qué linda que sos", y después le volvía la mirada de desconfianza. 
Lloré un montón ayer, y nadie de la familia lloraba en ese momento (porque, me contaron, te agarra unos días después... como que en el primer momento no lo podés creer, la mamá todo el tiempo decía "no lo puedo creer, no lo puedo creer". A pesar de los chistes que me hacía Gustavo para aflojar, no pude, y no quise poner a todos mal, porque ves a alguien llorando y es horrible, ahi te agarra Mal, entonces llorás vos, así que le dije a Ale que salgamos afuera, que no quería llorar delante de la familia. Bajamos a tomar aire, y ahí me puse a llorar mucho, porque son horribles esas situaciones, ovbio, no queda más nada para decir. no sé porqué escribo esto.

Tenía 27 años .


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