no sé si estos son los colores adecuados para un blog de invierno, la cuestión es que escribí durante el verano y apenas empecé a trabajar abandoné toda existencia que podía resultar totalmente placentera para mí. abrumadísima por la vuelta a la facultad, el jueves me distraía en clase pensando toda clase de pavadas, cosas sin sentido, El pasado. caminaba de vuelta, con ganas de llorar. cruzármelo en la calle, o en la facultad, en plena noche, Sì.. por qué no? si ya había ocurrido una vez... y me temblaban las piernas, y el cuaderno que tenía sobre las rodillas para escribir me saltaba, y me saltaban las palabras y me gritaban las letras, porque mis rodillas temblaban, de nervios, de emoción, de cosas extrañas que ni siquiera sabría explicar con palabras (¡ni siquiera con palabras!)- esto lo dejo acá porque realmente no me alcanzan las palabr
extrañar es algo muy raro y molesto. pero extraño las noches de verano, cuando volvía del trabajo a las 3 de la mañana, me acostaba en la cama con el pijama limpio y restos de alcohol en mí y mirábamos el dvd con los videos de Peter capusotto (o al revés) y sin poder dormirme hasta las 5, y no saber qué hacer y el calor y el ventilador y apuntáme a mí sola VENTILADOR, te saco el turbo que me quiero ir a dormir.
qué trillada, pero VERANO: volvé-
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