domingo, 13 de julio de 2008

At the window,

Todo es mentira, nada es real. Es como si todo lo vivido ya no existiera. y muucho màs allà de la realidad como realidad intangible. No se siente nada màs despuès de todo. La puerta, la pared, las miradas. Las NO-miradas, cerrarle la puerta en la cara (aunque no bajemos en el mismo ascensor, yo sè que està del otro lado). Lo veo desde mi departamento, veo su baño y su living. Sè cuàndo està (trabaja en el departamento, al lado de la computadora tiene una planta. si mi vista no-tan-fiel no me falla es un palo de agua), sè cuàndo no. Veo cuando se va a dormir, y cuando va a fumar al balcón. Sè en què piso vive, veo sus luces dicroicas y a su nena de 4 o 5 años; también lo veo sacarle fotos. Veo a su mucama hacerle la cama (tema aparte: la cama, le paguè a la mucama para que me diera sus sàbanas usadas. No voy a decir a què huelen, eso es demasiado ìntimo), sacar una a una las ventanas y limpiarlas. Intentè hacer lo mismo con las mìas, un domingo que lo vi salir al balcòn a fumar, llamar su atenciòn de alguna manera. No sè si me vio, supongo que sì; aunque uno supone tantas cosas en la vida, que no importa si realmente suceden o no. Simplemente tener la certeza de que ASÌ FUE alcanza, sobra y se reparte en el corazòn, en el alma y en las vìsceras, lo màs interno despuès de la sangre.
Me comprè el bolso negro, imaginàndome que a èl le gustarìa. Nunca me lo vio puesto, claro. Asì que mi bolso cory chico, negro, ya no me hace feliz.

( Hay veces que tengo ganas de morirme ). 

In-som-nio.

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